Llega Mayo, el mes de Córdoba por excelencia.
Cuando las calles repletas de coloridas
flores nos anuncian la llegada del buen tiempo y nos alejan del nublado cielo
de invierno, llegan personas de todas partes para contemplar este espectáculo
cuyo cierre es la
Feria del Arenal.
Una magnífica portada repleta de luces, que
revive el pasado califal de la
ciudad, nos da la bienvenida a la
fiesta, las sevillanas o el “rebujito”. Disfrutamos de caseta en caseta y
tratamos de alejarnos del mundo actual, tan confuso y complicado, para reírnos
un rato.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Según
recoge “cordobapedia.wikanda.es”, lleva tiempo existiendo un debate público sobre el
modelo de feria, tras la proliferación de las disco casetas, fuera del modelo
tradicional, sin servicio de restauración y con una música de los más actual. Con el paso del tiempo la Asociación de
Casetas Tradicionales ha ido ganando apoyos para emprender una
tradicionalización de la feria y parece que lo están consiguiendo.
Este año, dicha tradicionalización es más real que nunca pues los
recortes también hacen acto de presencia en la feria de Córdoba. El gobierno de
Nieto, del Partido Popular, comienza la privatización: 20 casetas públicas
frente a la escalofriante cifra de 70 privadas que este año prohíben la entrada
a todo aquel que no desee pagar. En todas ellas se escuchará música
“folclórica”, nada de música disco y el
área de botellón se reduce.
Tan sólo dos casetas para jóvenes de 400m2 (una
de ellas light ), la reducción de la zona de botellón y un día menos de feria, comienza
el día 19 de mayo y concluye el 27 de mayo, son otras de las medidas que
impulsa esta reforma.
En conclusión, se promueve una feria homogénea, a
la antigua y cada vez más exclusiva. Reservada para aquellos privilegiados que
dispongan del dinero suficiente para disfrutarla. Los demás, simplemente nos
tenemos que conformar con ver como
poco a poco todo se privatiza. ¿Alguien dijo feria?
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