Las propuestas para crear empleo en un país donde casi cinco millones de personas están desocupadas y los fantasmas de recortes pasados y futuros centraron el único debate electoral televisado de los dos principales candidatos a las legislativas del 20 de noviembre en España.
Visiblemente nerviosos en el inicio del duelo dialéctico, el opositor Mariano Rajoy y el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, ambos vestidos con traje oscuro y corbata azul, fueron adoptando un tono más agresivo a medida que avanzaba el enfrentamiento, cronometrado por dos árbitros de baloncesto.
Rajoy, Partido Popular , gran favorito según los sondeos para convertirse en el próximo presidente del gobierno, centró su intervención en criticar la gestión del actual gobierno socialista.
Sentado frente a él en un gran plató televiso sin público y sólo separados por un periodista moderador, el candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Rubalcaba, fustigó a su rival para que precisase un programa electoral que tildó de "deliberadamente ambiguo".
"La situación ha llegado a insostenible porque hay más de cinco millones de personas en España que no pueden trabajar, por las deudas acumuladas y por el daño que ha sufrido la economía", afirmó Rajoy, de 56 años. "Creo que España necesita un cambio y lo necesita con urgencia", aseguró, blandiendo una cifra récord de desempleo de 21,52% y 4,978 millones de personas.
"España está sufriendo una crisis profunda, son millones los españoles que han perdido sus puestos de trabajo", reconoció el candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de 60 años, ex número dos del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Acuciado por la crisis, Rodríguez Zapatero adelantó en julio unas elecciones que estaban previstas para marzo de 2012 y que los sondeos pronostican como una grave derrota para el PSOE, al que la opinión pública reprocha haber reaccionado tarde a la crisis imponiendo duras medidas de austeridad.
"Han hecho recortes en todo (...), en educación, en prestaciones sociales, en política de vivienda, han tenido que hacer recortes porque han sido poco competentes a la hora de gestionar la economía de los españoles", lanzó Rajoy, el poco carismático líder del PP que perdió las elecciones legislativas de 2004 y 2008 contra Rodríguez Zapatero.
Haciendo alarde de su calidad como orador, Rubalcaba adoptó un tono más agresivo a medida que avanzaban los 100 minutos de debate, denunciando los recortes de la derecha en sectores sociales como salud, educación y pensiones.
"Con ustedes la sanidad pública y la educación pública no están garantizadas", lanzó, criticando un programa electoral popular "redactado de forma deliberadamente ambigua".
"Salga usted de su ambigüedad calculada y dígale a los españoles qué piensa usted hacer si gobierna", urgió, increpando a Rajoy sobre sus planes de modificar logros del gobierno socialista como el matrimonio homosexual o la ampliación del aborto.
"Ha habido demasiado poco debate", consideró el periodista y profesor universitario José María Calleja analizando en la televisión pública el cara a cara. "Rajoy no se ha atrevido a hacer ninguna propuesta concreta", afirmó, considerando que "por parte de Rubalcaba sí ha habido propuestas" aunque sin demasiado énfasis. "Ha habido momentos en que a mí me ha resultado un tanto aburrido", concluyó sobre un debate que no aportará seguramente grandes cambios a unas elecciones que ya parecen decididas.
Desde el inicio de la campaña, e incluso semanas antes, los sondeos auguran una victoria del Partido Popular (PP) de Rajoy con al menos un 45% de los votos, frente al 29% de los sufragios que lograrían los socialistas, en el poder desde 2004 y que sufrirían así una de sus mayores derrotas.
Organizado por la Academia de Televisión española, este debate, con un coste de más de 500.000 euros, es el quinto duelo televisivo de la historia de la democracia española.
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