¡Cambiemos!



¿Guerra? ¿Hambre? ¿Pobreza? ¿Violencia? ¿Cambio climático? ¿Globalización? Palabras que relacionamos con imágenes, las mismas que procuramos no mirar durante mucho tiempo, ante las que no podemos evitar una expresión de sorpresa o incluso una mueca de desagrado, o de las que intentamos olvidarnos al instante para evitar sentirnos culpables, tristes y en algunas ocasiones impotentes.


Optamos vivir nuestra vida, afrontando dificultades que consideramos equiparables a estas tragedias, sin detenernos a recordar lo que verdaderamente reflejaban dichas imágenes y olvidándonos completamente de los sentimientos que despertaron en nosotros.


Somos afortunados por no ser los protagonistas de estas fotografías, pero también debemos desear cambiarlo, luchar por que otros tengan nuestra vida… No somos conscientes de que toda gran hazaña comenzó siendo tan sólo un sueño, una idea, una utopía…Miremos a nuestro alrededor y prestemos atención a lo que antes pasábamos por alto porque estamos rodeados de injusticias que podemos solventar.


Comencemos a manifestar nuestro malestar, ayudemos a los que nos rodean, colaboremos en un proyecto solidario y poco a poco cambiemos.


Beatriz Toscano Valle.

jueves, 2 de febrero de 2012

El amor no es igual en todas las partes del mundo

En todas las naciones del mundo el amor no tiene el mismo significado. Es así como, mientras en algunas sociedades este sentimiento es la base de una relación cargada de romanticismo, en otra ni siquiera es fundamental para el matrimonio y hasta se cuestiona su existencia. 
Acostumbradas al romanticismo que se le confiere en el mundo occidental al sentimiento del amor, a muchas personas les parece irreal que en otras culturas  este sentimiento parezca tan irrelevante. Las culturas tradicionales india y musulmana valoran la familia y las obligaciones sociales por encima de las emociones personales, así como aquellas culturas en las que las mujeres gozan de un estatus claramente inferior o se consideran posesiones. Cuando las personas se autodefinen en este contexto, la idea del amor romántico entre los individuos se torna insignificante, y para la elección de pareja, los deseos de la familia son prioritarios.
En India y en puntos de África y Sudamérica, los padres arreglan los matrimonios para sus hijos, antes incluso de que éstos hayan nacido, y son comunes las bodas entre niños.

En algunas culturas las uniones de pareja tienen su componente tradicional  y en ella puede influir una serie de factores que se alejan del sentimiento personal y que pueden parecer muy ajenos al mundo occidental. Por ejemplo,  existen sociedades que dependen de la astrología para determinar la unión entre dos personas.



Si bien ya existen parejas occidentales que han decidido estar casadas sin tener hijos, en otras sociedades los hijos tienen tanto carácter de obligatoriedad que la infertilidad puede  justificar la ruptura de una unión.
Para muchas culturas tener hijos es la principal razón de ser del matrimonio y por lo tanto este tipo de unión se centra en la fertilidad de los individuos que se aparejan. En algunas sociedades de África, las mujeres jóvenes no se consideran aptas para el matrimonio hasta que no demuestran su fertilidad quedando embarazada, no importa de quién.

En muchas sociedades el matrimonio se contempla más como una unión entre dos grupos familiares que una unión entre dos personas. Por esta razón, en estos tipos de sociedades son las familias quienes eligen a la futura pareja. Estos matrimonios de conveniencia son corrientes en la India y otras partes de Asia, donde los padres eligen un esposo apropiado sin consultar a su hijo o hija. La pareja puede comprometerse o casarse a una edad muy temprana y sus miembros no se han visto nunca antes de la boda.
A pesar de que esta costumbre pueda parecer absurda para los occidentales, en estas personas esta situación resulta muy natural y se asegura que los miembros de este tipo de pareja, terminan con el tiempo enamorándose y constituyendo un matrimonio feliz.

Otras costumbres curiosas respecto al amor
-Para impedir la división de tierra, en la tribu Nyinba, varios hermanos comparten una esposa.
-Los Inuit ofrecen, a sus invitados especiales, sus esposas para pasar la noche.
-Entre el pueblo Nuer del Sudán y los beduinos del norte de África, si el esposo muere, la mujer y los hijos pasan al hermano del fallecido. 
-En los países como la India, los niños no necesitan llegar a la pubertad para casarse.
- Besarse en los labios no es una muestra universal de amor. El pueblo Inuit lo hace frotándose la nariz y los maoríes de Nueva Zelanda se presionan mutuamente la nariz y la frente.

Independientemente del lugar de donde procedan los seres humanos, los psicólogos consideran el amor como una necesidad inherente a todos.




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