En los últimos años han surgido numerosas redes sociales,
como es el caso de las más populares: Tuenti, Twitter y Facebook, las cuales
están cobrando una gran influencia en nuestra sociedad, ya que permiten a los
usuarios conectarse con sus “amigos” y tener conversaciones con ellos a tiempo real,
subir fotos para que sus “amigos” puedan ver los sitios en los que ha estado y para
que le escriban algún comentario.
Muchos adolescentes suben fotos provocativas de ellos mismos
para buscar más popularidad, sin saber que esas fotos pueden caer en manos de
pederastas que se pueden bajar estas fotos y darles un mal uso.
Lamentablemente, debido a que todos tenemos acceso a estas redes, algunas
personas las utilizan como herramienta para obtener información a través de la
cual pueden engañar a los jóvenes con el objetivo de satisfacer deseos
sexuales. Según un estudio, España es el segundo país del mundo donde se
descargan más archivos de pornografía infantil de las redes de intercambio.
Por otro lado, no estoy de acuerdo con el concepto de
amistad que se tiene en estas redes sociales, ya que se les llama “amigo” a
alguien desconocido que te ha enviado una petición de amistad pero que no lo
conoces de nada y nunca lo has visto en persona. Por este motivo, no entiendo a
quienes aceptan y envían solicitudes de amistad de forma exagerada,
coleccionando “amigos” que jamás han visto y compartiendo informaciones
personales, que en mi caso solo contaría a mis verdaderos amigos, supongo que
esto lo hacen para alardear de tener más “amigos”. Uno de cada tres jóvenes
acepta invitaciones de amistad de desconocidos en redes sociales, según se
desprende de una encuesta realizada. Entre los que aceptan peticiones de
desconocidos, Barcelona es la más arriesgada con un 59% de las mujeres y un 48%
de los hombres. La menos arriesgada es Valencia con un 14% entre las mujeres y
un 7% entre los hombres.
En el momento en el que se acepta utilizar las redes
sociales como medio de comunicación se puede ver amenazada nuestra privacidad,
ya que para acceder a ellas es necesario introducir algunos datos personales,
por lo que cualquier desconocido puede conocer tu nombre y apellidos, tu edad y
tu localidad.
Además, los adolescentes cada vez dependen más de las redes
sociales, ya que tienen más facilidades para acceder a ellas a través de sus
móviles, por lo que están las 24 horas del día conectados y no puedes pasar un
día entero desconectados porque padecerían ansiedad y depresión. Esta adicción
genera fracasos escolares y distanciamientos entre padres e hijos. Según un
estudio de la Facultad de Psicología de la UNED, el 4,2% de los jóvenes que disponen
de conexión a la red en su habitación está sufriendo problemas derivados de un
uso abusivo de Internet que precisarían atención clínica. Y el 25% de los jóvenes padece con
frecuencia problemas de relaciones asociados al uso que realizan de Internet.
Desde mi punto de vista, lo mejor de las redes sociales es que te
permiten comunicarte con familiares o amigos, a los que no puedes ver con tanta
frecuencia como te gustaría debido a que viven muy lejos, pero aún así, yo
prefiero la comunicación cara a cara.
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